Oclusión y Maloclusión

Entre el primero y el segundo año de edad, comienzan a erupcionar los dientes temporales y cuando esto ocurre, también se desarrollan los huesos maxilares.

Entre los 14 y los 18 meses emergen los primeros molares de leche. Cuando los dientes superiores se encuentran con los inferiores, entran en contacto y establecen un: la oclusión.

En torno a los 6 años comienza la dentición mixta con la erupción de los primeros molares permanentes, originando el “segundo levantamiento” de la oclusión.

La transición de la dentición temporal a la permanente supone un periodo trascendente en el desarrollo de la oclusión. Por este motivo, es fundamental visitar al ortodoncista a los 6 años para asegurar que más adelante, cuando erupcionen los dientes permanentes, todos los dientes permanentes encajen cómo y dónde deben.

En la mayoría de los casos los llamados molares “de los seis años” deberán mantenerse donde
estén, sin permitir desplazarse hacia adelante. De ocurrir así, estarían restando parte del espacio que pertenece a los definitivos para su posterior erupción.

La situación oclusal puede ser todavía peor si en el maxilar superior el espacio disponible para el recambio dentario es menor que en el inferior. Para evitarlo, es importante mantener los molares en su situación, para que no se desplacen.

Lo podemos lograr colocando lo que se denomina “mantenedores de espacio“, para conservar el espacio de los dientes permanentes. La indicación del mantenedor de espacio la proporciona el examen radiográfico que haremos en nuestra clínica.

Tipos de oclusión

Cuando hay un mal alineamiento de los dientes, o los dientes superiores e inferiores no encajan entre sí, hablamos de maloclusión.

La naturaleza de las maloclusiones va más allá de los dientes y se encuentra, en gran medida, determinada por las relaciones esqueléticas de cada persona.

Existen diferentes clasificaciones según la posición de los huesos maxilares y los dientes de ambas arcadas entre sí.

  • Clase I: Ambos maxilares se encuentran bien posicionados entre sí.
  • Clase II: El maxilar superior se encuentra adelantado respecto a la mandíbula, originando a nivel dentario una posición adelantada de los dientes de arriba respecto de los de abajo.
  • Clase III: Es la maloclusión en la que la mandíbula se encuentra adelantada respecto al maxilar superior. A nivel dentario se apreciará que los dientes inferiores están adelantados respecto a los superiores.

Resulta fundamental conocer en profundidad todos estos aspectos faciales y alteraciones musculo-esqueléticas para poder establecer un correcto diagnóstico de la maloclusión y de esta forma establecer el tratamiento adecuado para cada caso.

Los tratamientos de ortodoncia se diferencian en tratamientos en Interceptivos y Correctivos. Los interceptivos están destinado a prevenir la perpetuación de una maloclusión o de hábitos y desencadenar problemas mayores. Por su parte, los tratamientos ortodóncicos o correctivos son los que subsanan las maloclusiones ya instauradas.